13 de Mayo de 1857. Parley P. Pratt es asesinado.

Parley P. Pratt fué uno de los misioneros con más éxito en la iglesia. Hombre de mucha fe y presto al debate, pasó demasiado tiempo predicando entre los Gentiles y animando a los conversos a emigrar a Utah. En uno de sus viajes a California, conoció y bautizó a Eleanor McLean, madre de tres niños y esposa de un hombre muy celoso.

A principios de 1850, Eleanor se divorció de su esposo. Para no exponer a los niños a una fe que despreciaba, Hector los envió a vivir con los padres de Eleanor en New Orleans. Eleanor viajó a Lago Salado. En 1855 se convirtió en la Décimo segunda esposa de Parley P. Pratt. El retornó al este a continuar con su mision.

Cuando Eleanor supo que sus hijos habian ya partido hacia New Orleans, salió a buscar a Parley y juntos idearon la manera cómo regresar con los niños a Lago Salado. Eleanor le dijo a sus padres que ella había abandonado la iglesia mormona y que recogía a sus hijos. Los sacó antes que los padres se dieran cuenta de la mentira. Hector McLean, enterado de los hechos viaja al este y demanda a Parley P. Pratt por secuestro y alienación del afecto.

En 1857 McLean sigue la pista de Parley P. Pratt y Eleanor a San Luis, donde jura matarlo. Pratt, sale a Oklahoma donde es capturado por las autoridades federales y regresado a Arkansas. En Arkansas es encadenado y puesto en la prision del Condado de Crawford. El juez que vió el caso liberó al apostol Pratt de toda culpa y trajo un caballo a la corte para que saliera del pueblo ya que él sabía que McLean lo andaba buscando, incluso le ofreció un arma que el apostol Pratt no aceptó. Mi confianza está en Dios, dijo.

En Alma, Arkansas, McLean alcanzó al apostol y lo acuchilló. McLean y sus complices nunca fueron llevados a corte a pesar de que se ufanaban del asesinato. Eleanor McLean Pratt, sin su esposo y sin sus hijos regresó a Lago Salado.